El domingo pasado tuve el honor de participar en el primer Festival Flamenco benéfico de la artista multidisciplinar Jihan. Yo colaboré en su trabajo“Quien pudiera ser gitana”( salgo en el videoclip) dentro de su proyecto, " Todos somos gitanos" — Un homenaje desde el respeto, cariño y el compromiso social. Ella, mi Jihan, de nacionalidad española , madre rumana y padre sirio-libanés y adoptada como "una prima más para mí", es una mujer maravillosa y profundamente solidaria, puesto que todo lo recaudado será donado íntegramente a dos organizaciones que trabajan con comunidades gitanas que están en situación de máxima vulnerabilidad social y pobreza.
Lo dije en la presentación y lo reitero aquí:
La interpretación de Jihan de “Quien pudiera ser gitana” o "Todos somos gitanos" se enmarca en un ejercicio artístico legítimo y profundamente respetuoso. Esta obra no busca apropiarse de elementos identitarios del pueblo gitano ni hablar en su nombre, sino rendir homenaje a la mujer gitana y al pueblo gitano, reconociendo su fortaleza, su historia y su contribución cultural.
Desde una perspectiva institucional y jurídica, es importante señalar que la creación artística, cuando se realiza sin explotación, sin distorsión ofensiva y sin ánimo de sustituir la voz de una comunidad, no constituye apropiación cultural. En este caso, la intención es clara y transparente: honrar, visibilizar y apoyar, no lucrar ni apropiarse. Me gusta compararlo con iniciativas como “We Are The World”(Michael Jackson y Lionel Richie), porque ayuda a entender el enfoque: un proyecto donde el arte se convierte en un vehículo de solidaridad, reconocimiento y unidad. La obra nace desde esa misma intención colectiva y humanista.
Este compromiso se refleja también en los hechos:
La gala organizada por Jihan ha destinado el 100% de su recaudación en beneficio del pueblo gitano, reafirmando que este proyecto no solo está guiado por el respeto, sino también por una voluntad concreta de contribuir positivamente.
En tiempos donde la sensibilidad cultural es esencial, este proyecto demuestra que es posible celebrar y apoyar a una comunidad sin apropiarse de ella, desde la empatía, la transparencia y el reconocimiento del valor único de su identidad.
Porque no hace falta ser gitano para defender los Derechos Humanos del Pueblo Gitano. Gracias amiga mía, te quiero.
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